Geolectos y otras realidades lingüísticas

Si va a utilizar la información comentada que aparece en este blog, sea elegante y cite su procedencia. No es científicamente ético cortar y pegar la información para hacerla pasar por propia.

Nombre:
Lugar: Madrid, Spain

27 de noviembre de 2005

Corpus Dialectal de Extremadura (II)



Después de revisar las fechas de las cintas de mi archivo y de consultar los cuestionarios que redacté en las primeras encuestas, me doy cuenta de que en la entrada anterior he cometido un desliz. Aldeacentenera no fue el segundo pueblo donde hice una encuesta, sino el cuarto. La primera encuesta de cualquier dialectólogo es imposible de olvidar (más que nada por la incertidumbre de cómo van a salir las cosas, de si se sabrán hacer las preguntas convenientemente o de cuál será la reacción del informante), pero el resto de encuestas –a no ser que ocurra algo excepcional– se van diluyendo entre sí hasta que en el recuerdo del investigador solo quedan los nombres de los lugares que ha visitado. De ahí la importancia de grabar íntegramente los interrogatorios: sirven para hacer memoria.
El primer pueblo fue Santa Cruz de la Sierra, con tío “Casquino” como informante (18 de agosto de 1992); el segundo, Santa Ana (21 de agosto); el tercero, Plasenzuela (24 de agosto); y el cuarto, ahora sí, Aldeacentenera (26 de agosto).

25 de noviembre de 2005

Corpus Dialectal de Extremadura (I)

26 de agosto de 1992: Aldeacentenera. Ese día cumplía 23 años. No era el primer pueblo al que me acercaba para hacer una encuesta dialectal (era el segundo; el primero fue Santa Cruz de la Sierra), pero he querido elegir una muestra de las grabaciones que hice ese día para inaugurar el Corpus Dialectal de Extremadura por lo que tiene de simbólico esa fecha para mí. ¿Qué hacía un joven que ese día cumplía 23 años perdido por esos pueblos de Dios hablando con los ancianos?, se podría preguntar más de uno. Confiar en un proyecto es la respuesta.
Las encuestas que realicé aquel verano de 1992 en nueve pueblos de la provincia de Cáceres fueron el inicio de lo que varios años después se llamaría
Cartografía lingüística de Extremadura. Mi propósito ahora, entre otros, es sacar a la luz algunos fragmentos de las grabaciones que efectué en el marco de aquel proyecto, grabaciones que han dormido en un oscuro apartado de un armario durante todos estos años, quizá esperando a que las nuevas tecnologías hubieran avanzado lo suficiente como para que la conversión del formato analógico al digital no me costara un ojo de la cara o lo pudiera hacer con unas mínimas garantías de calidad. Esas grabaciones (144 cintas de cassette de 70 pueblos) tienen el calor que le falta a los mapas lingüísticos: la voz viva, el referente real de los productos elaborados a que dan lugar las grabaciones, la materia prima de la dialectología, por tanto.
Pero el Corpus Dialectal de Extremadura no pretende ser solo el marco en que divulgue parte de aquellas encuestas (lo contenido en esas cintas de cassette lo voy a utilizar más como complemento que como verdadero objeto de investigación). El CoDiEx es un proyecto para la documentación del habla de cuarenta enclaves lingüísticos extremeños y divulgar las muestras orales en la red (véase la prueba de
Madroñera), como colofón de algo que en su día no me fue posible hacer debido a las limitaciones que tuve que poner a mi tesis doctoral. En ella, salvo excepciones, únicamente tuvo cabida el habla masculina, fruto del seguimiento a pie juntillas de la regla NORM’S (nonmobile, older, rural males), que ha sido habitual en los estudios de geografía lingüística española hasta hace poco. Ahora, con el Corpus, quiero presentar también testimonios de habla femenina de esos cuarenta pueblos para ponerlos en relación con las muestras del habla de los varones. En ello estamos.