Geolectos y otras realidades lingüísticas

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Lugar: Madrid, Spain

27 de agosto de 2009

Vocabulario castúo y castellano

En el Centro de Estudios Extremeños de la Diputación Provincial de Badajoz se guarda un diccionario extremeño en el que no se ha reparado hasta la fecha. Me estoy refiriendo a un libro publicado en 1972 por Antonio Murga Bohígas titulado Vocabulario castúo y castellano (Valencia de Alcántara: Editorial Cancho Penero), una obra interesantísima a pesar de los numerosos diletantismos que contiene. La semana pasada tuve la oportunidad de consultarla para incorporar palabras y definiciones en la base de datos del Tesoro léxico de las hablas extremeñas. Desde aquí quiero agradecer a la directora del Centro, Lucía Castellano, las atenciones que me dispensó.

En el Vocabulario castúo y castellano encontramos “modismos escuchados por los maravillosos pueblos extremeños, o tomados de Gabriel y Galán, Luis Chamizo y Luis Chamorro” (página de créditos). El vocabulario está dividido en dos partes: “Del castúo al castellano” (págs. 1-47) y “Del castellano al castúo” (págs. 48-98). La obra se cierra con un “Índice de frases” (págs. 99 y 100) en el que se incluye una traducción al extremeño de frases castellanas, o la manera de expresar en extremeño peticiones, dudas o dichos diversos. Algunos ejemplos de esas frases son los siguientes: “Quedar repleto de comida” (queá ajito, com’un chivino con dos madre); “Silencio o se disuelve la reunión” (mos estamos tos múos u mos vamo’ sala calle); “Dudar de la veracidad de algo que nos cuentan” (to eso tié de verdá como yo me miro el moño).

En el diccionario, en ningún caso se proporciona información sobre la procedencia geográfica de las voces ni se dice cuáles de ellas han sido tomadas de la literatura regional. Tampoco se ofrecen categorías gramaticales y son frecuentes las definiciones de lemas expresados en plural, de formas verbales distintas al infinitivo, etc.:

Considerar, tomar en consideración: atranquito (pág. 59)
Dentelladas: dentellás (pág. 63)
Déjalo: éjalo (pág. 63)
Juntan: ajuntan, arrejuntan (pág. 78)

También se traducen frases enteras, especialmente en la parte segunda del libro, y conceptos expresados con más de una palabra:

Nubes ligeras, filamentosas que corren por el cielo: baraños (pág. 84)
Pajarito que anida en las huertas: gorgorín (pág. 86)
¿Qué te parece?: ¿quetepaje atí? (leído casi seguido) (pág. 89)
Tubo de hierro para soplar candelas: sopliyo (pág. 94)
Flojean las piernas: moflean las pierna (pág. 70)

El Vocabulario castúo y castellano de Antonio Murga Bohígas, y no su Habla popular de Extremadura (como se ha afirmado en algún estudio), es el primer diccionario extremeño propiamente dicho y un ejemplo más de algo que llevo repitiendo desde hace varios años: el desconocimiento de las hablas extremeñas al que muchas veces hemos apelado los investigadores no significa ausencia de publicaciones: la afirmación de que Extremadura es la región dialectal española peor conocida es solo una verdad a medias.