Las encuestas extremeñas del ALEP
Hace unos años, en una
entrada de este blog, me hacía varias preguntas retóricas sobre el
Atlas lingüístico de España y Portugal (ALEP). La
mayoría de ellas siguen sin respuesta, pero la que más me
interesaba ha dejado de ser un enigma: los cuestionarios de las
provincias de Cáceres y Badajoz han aparecido por fin. Además,
desde hace unos meses, pueden ser consultados en una biblioteca
pública de Madrid por cualquier investigador que lo desee (¡como
debe ser!).
He de apresurarme a decir que yo no los he descubierto. El hallazgo (porque para mí, desde luego, lo es) se debe al doctor Xosé Afonso Álvarez, investigador posdoctoral en el Centro de Lingüística de la Universidad de Lisboa, quien, muy amablemente, compartió conmigo el descubrimiento. Hoy los cuadernillos ya pueden localizarse sin problema en el catálogo de la Red de Bibliotecas de la Comunidad de Madrid.
He de apresurarme a decir que yo no los he descubierto. El hallazgo (porque para mí, desde luego, lo es) se debe al doctor Xosé Afonso Álvarez, investigador posdoctoral en el Centro de Lingüística de la Universidad de Lisboa, quien, muy amablemente, compartió conmigo el descubrimiento. Hoy los cuadernillos ya pueden localizarse sin problema en el catálogo de la Red de Bibliotecas de la Comunidad de Madrid.
Que esos cuestionarios
son muy importantes para la dialectología extremeña es algo obvio.
De hecho, su contenido supone la mayor colección de voces recogida
hasta ahora en la región (cerca de 80.000 palabras en transcripción
fonética procedentes de sesenta pueblos). Las encuestas debieron
hacerse a comienzos de los años ochenta o quizá algo antes (los
cuestionarios no están fechados). El encuestador –como ya sabíamos– fue el doctor José Jesús Gómez Asencio, actual catedrático de
lengua española en la Universidad de Salamanca.
(Aprovecho para agradecer al personal de la Biblioteca Pública Manuel Alvar de Madrid sus atenciones y sus innumerables paseos, “por mi culpa” y por la de esos cuestionarios, al depósito de libros).
(Aprovecho para agradecer al personal de la Biblioteca Pública Manuel Alvar de Madrid sus atenciones y sus innumerables paseos, “por mi culpa” y por la de esos cuestionarios, al depósito de libros).
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