El léxico diferencial de Don Benito

En el primero se demuestra algo que conviene tener muy presente, y es que para acceder al habla de una localidad, para lograr una descripción completa desde los puntos de vista fonético-fonológico, morfosintáctico y léxico, es decir, para hacer una monografía dialectal, no es necesario gastar quinientas hojas de papel (no ser necesario no significa que no sea conveniente si se dispone del tiempo y los medios para hacerlo, evidentemente). Una excelente solución para las lagunas que todavía quedan en la región desde una perspectiva dialectal sería la confección de monografías como la de Campanario, en las que en 15 ó 20 páginas se diera cuenta de los fenómenos más sobresalientes del habla y se incluyera un pequeño diccionario con el léxico más representativo, con el léxico diferencial.
El léxico diferencial es, precisamente, lo que Manuel Casado Velarde ha recopilado en Don Benito, en un Vocabulario que hay que tener ya muy en cuenta cuando se analice cualquier aspecto léxico de Extremadura. El Ayuntamiento de esta localidad, hace unos meses, ha vuelto a editar la obra, en la que el autor ha tomado en consideración voces que no estaban incluidas en la primera edición, del año 2002, y ha ampliado el contenido de muchas de las entradas. En El léxico diferencial de Don Benito hay que destacar, en especial, la calidad de las descripciones lexicográficas. La información que proporciona el autor sobre cada una de las entradas que configuran el diccionario es precisa y abundante, y resultará muy útil cuando se analice el vocabulario de otras localidades extremeñas o cuando se realicen trabajos generales sobre el léxico regional.
Los artículos contienen todo lo que se debe exigir hoy en día a un vocabulario dialectal: información gramatical de la palabra en cuestión, la definición precisa de la voz, un ejemplo de uso en un caso concreto, la comparación –si es pertinente– con el español estándar, información lexicográfica referente a las apariciones del lema en otros vocabularios dialectales extremeños y de otros dominios lingüísticos, y unas observaciones de mucho interés, en las que cabe el análisis de los aspectos más importantes de la palabra definida (información fonética, etimológica, de uso en otras localidades, etc.). Hay que destacar también el hecho de que se preste atención a las distintas realizaciones fonéticas que presentan, en el habla dombenitense, algunas unidades léxicas, y que estas variantes se incluyan en entradas independientes, con remisiones de unas a otras (bambo-mambo, calajanso-jalajanso, regüetrar-regotrar, etc.).
El vocabulario está precedido de una amplia introducción, en la que Manuel Casado Velarde analiza las voces recogidas en la localidad desde distintos puntos de vista. De esa introducción me interesa destacar un apartado que supone una novedad con respecto a la primera edición del libro: el estudio de las unidades fraseológicas, un campo casi inexplorado dentro de los trabajos dialectales y que, a juzgar por las abundantes informaciones que nos adelanta Casado Velarde, debe proporcionar resultados muy satisfactorios para el estudio de las hablas extremeñas.